Esta compañía con 24 años de trayectoria y más de 25 espectáculos estrenados presentará “El rastro de aquella noche” un pieza que la crítica teatral española destaca por su dramaturgia fascinante con vocación poética y plástica.
Este espectáculo cierra la trilogía que comenzó con Family(es) y L’aniversari, donde los artistas eligen la casa como lugar espacial al que referirse y donde el lenguaje audiovisual es utilizado para relatar conformando una dramaturgia visual peculiar, densa y poética.
La trama se inicia con la huida como solución ante el conflicto, y en concreto una huida hacia el norte. El texto, cargado de simbolismo y metáfora, toma el norte en este caso como mito de un lugar mejor, más verde y más próspero: una promesa de fortuna y felicidad como una huida hacia adelante.
Durante el trayecto se produce una escisión entre el hombre y la mujer: él quiere seguir adelante pese a todo, y ella, en cambio, necesita parar y recordar lo sucedido para no caer en los mismos errores.
Esta pareja es interpretada por Alejandra Mandli y Juan Andrés González, actuando y operando técnicamente en directo. Los intérpretes, cámara en mano, nos trasladan a las islas del archipiélago de Lofoten en Noruega a través de las maquetas y miniaturas construidas por Los Reyes del Mambo.
En estas islas del norte nos encontraremos a los alter ego de Alejandra y Juan Andrés, los noruegos Cristina Granados y Andreas Eilertsen que desde su casa en Stamsund han colaborado creativamente en el proyecto.
El director de “El Rastro de Aquella Noche” apunta a que la pieza es relevante para el momento actual porque “la pandemia nos ha dado la oportunidad de pensar sobre lo que hemos hecho mal como sociedad. Este pensamiento ya venía dándose en mis últimas propuestas, la necesidad de encontrar un responsable a lo que nos está ocurriendo como sociedad, pero no para estigmatizar, si no para recordar y no volver a cometer exactamente los mismos errores. En la pieza también se refleja mi determinismo trágico, al amparo de las tragedias griegas, que nada puede cambiar, que el destino está escrito, que somos lo que somos, que el hombre es un lobo para el hombre.”